Las señales de Maria
Desde los orígenes de la creación de la ciudad de San Nicolás de los
Arroyos, Provincia De Buenos Aires, Republica Argentina, existió una devoción a
la Santísima Virgen.
En el año 1884, se inauguro el actual templo parroquial de San Nicolás
de Bari, donada una imagen de la
Virgen del Rosario.
Ya en nuestros días, el 25 de Septiembre de 1983, en la ciudad de San
Nicolás se comienza a asistir a un hecho de características particulares: Una
sencilla mujer, esposa y madre de dos hijas, que solamente había podido cursar
el cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifestar ver y
oír a la Santísima
Virgen.
Gladis Quiroga de Motta, señala que la Virgen comienza a darle una serie de mensajes, juntamente
con citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversación y a la
consagración.
Los referidos mensajes, se dan a conocer y pueden ser de útil ayuda,
para el crecimiento espiritual, la devoción y la oración.
Uno es casualidad, dos coincidencia o Dios – Einstein.
Hace 17 años una madre que, desde ÑuÑu intentaba recuperar amamantar,
visita al Santuario de San Nicolás ya que era devota de la Virgen y se lo piden a
Maria.
En los mensajes semanales de la Virgen a Gladis, que distribuía el grupo Mariano
a los peregrinos, Maria le contesto”…Yo amamantare a Jesús con mis pechos…”. Y
concedida fue…, amamanto durante tres años.
Hace una década un periódico local de San Nicolás, le dedico una nota a
ÑuÑu. Y leyéndola, la imagen de ÑuÑu traslucía una imagen de la Virgen del Rosario
sobrepuesta al trasluz.
El domingo 4 de Julio de 2004, visitamos el Santuario de Maria del
Rosario en San Nicolás.
Emprendimos el viaje charlando sobre como Maria se manifiesta y da una
respuesta a los pedidos de sus fieles.
Como todos los años, fuimos a agradecer y a buscar su apoyo, su bendición
para ÑuÑu y en esta oportunidad para el Foro de 30 años de encuentros para la
crianza y el amamantamiento.
Grande fue nuestra sorpresa cuando al ingresar a la misa nos recibió la
lectura del Primer Evangelio, Isaías 66, 10-14: “…para mamar hasta saciarlos
del pecho de sus consolaciones, para mamar en delicia de los pechos de su
gloria.
Porque así dice Yahvé: He aquí que voy a derramar sobre ella la paz como
río y la gloria de las naciones como torrente desbordado. Y sus niños de pecho
serán llevados a la cadera y acariciados sobre las rodillas. Como cuando a uno
le consuela su madre, así yo os consolaré a vosotros, y en Jerusalén seréis
consolados…”. Y no pudimos evitar imaginar a la Virgen Maria amamantando a su
pequeño y transitando las calles de Jerusalén con su niño en la cadera tal vez
viajando en una Kepina bajo la atenta protección de su madre. Jorge Díaz
Walker, 6 julio 2004.
Lectura del libro del profeta Isaías Sagrada Biblia Traducción Fuster –
Colunga
¡Alégrense con Jerusalén y
regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus
pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos! Porque así
habla el Señor: “yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la
riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán
llevados a la cadera y acariciados sobre las rodillas. Como un hombre es
consolado por su madre, así yo los consolare a ustedes, y ustedes serán
consolados en Jerusalén. Al ver esto, se llenaran de gozo y sus huesos florecerán
como la hierba. La mano del Señor se manifiesta a sus servidores y a sus
enemigos, su indignación”.
Oración
Madre, concédenos la gracia de tu protección y
fortaleza.
Tu que amamantaste a tu hijo brindándole a través de
tu seno no solo la vida
Sino también perseverancia, humildad, coraje y
libertad.
Madre, tómanos de la mano y guía nuestros pasos para volver
a ti.
De
Maria Pastor, 6 de julio de 2004
Jorge
Washington Díaz Walker
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